Sonia Castedo la alcaldesa despilfarradora

Sonia Castedo, alcaldesa de Alicante, adoptó un tono cálido y anunció la dimisión por Facebook en su cumpleaños. Compartió primeros planos de sus ojos y de las manos cruzadas. Evocó la felicidad, las dificultades como madre, describió cómo el sillón municipal había marcado "un antes y un después" en su vida. Prometió seguir interactuando en el futuro.

En la hora del adiós, la alcaldesa dimisionaria recogió una mayoría absoluta de cariño: casi 400 "me gusta" y decenas de comentarios elogiosos. Desde "felicidades, guapa" a múltiples menciones a su honradez. No hubo más críticas que alguna alusión a "las malas influencias". Fuera, sin embargo, Castedo se encontró a la intemperie. Los titulares subrayaban su imputación en dos casos de corrupción urbanística, los regalos que presuntamente recibió del constructor Enrique Ortiz, adjudicatario de millonarias contratas, y las presiones de su partido, el PP, para que dejara el cargo.

Sonia Castedo dimitió por Facebook y en apenas minutos llegó a ser trending topic de Twitter en una paradójica contraposición virtual.

Al principio, su nombre apareció junto a un verbo, "dimite", a medio camino entre la expectación y la inevitabilidad. Juanma Flores (@JuanMaFlores10, 730 seguidores) afirmó que se trataba de la dimisión "con más me gusta de la democracia", Jorge Sánchez (@jslindquist, 830 seguidores) la calificó de "burla" y varios tuiteros relacionaron su despedida sin dar la cara con la pantalla de plasma de Rajoy.

¿Supondrá el adiós por Facebook "un antes y un después" en los usos políticos? Nada más apropiado que la red de amigos para cerrar una etapa marcada por la fiesta de pijamas durante un viaje que, según la Policía, el constructor regaló a la alcaldesa. ¿Era necesario que Castedo contestara a los malintencionados periodistas?

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