Billaboats es el taxi de agua de Bilbao

¿Qué pueden tener en común Nueva York, Amsterdam, París, Venecia y, ahora, Bilbao? 

Se llama water taxi (taxi de agua), una lancha ligera que desde junio recorre la Ría. Con 3,80 metros de eslora, la lancha italiana tiene la capacidad para llevar a 5 personas.

Este peculiar taxi acuático compite directamente con Bilboboats, el barco turístico por excelencia en la Ría. 

Si el muelle de este gigante está en Pío Baroja, el de la lancha es el siguiente, el muelle del paseo Evaristo Churruca. Sólo un cartel de lona colgado en la barandilla advierte de su presencia, pero ser pequeño es precisamente su ventaja.

Alberto Foraster, bilbaino de 43 años, es el capitán de la única embarcación que llega hasta el corazón del Casco Viejo de Bilbao, "lo más bonito de la ciudad", asegura.

El Capitán Sepia, como le llaman sus amigos, busca sobre todo a personas que quieran dar un paseo agradable por el Nervión. "El otro día fui hasta Getxo para recoger a un matrimonio mayor que quería venir a Bilbao, y hace poco di una vuelta a cuatro japoneses", rememora Alberto.

Ofrece un plan diferente al de Bilboboats. Water Taxi Adventure no quiere ser un medio de transporte más y promete un viaje divertido, cercano y amistoso. "Si son majos ya nos tomamos unas sardinitas juntos", añade riéndose.

Aunque lleva poco tiempo, todavía no ha hecho mucho negocio en Bilbao, y se le está acabando la temporada, porque a partir de septiembre y octubre el previsible mal tiempo le va a impedir transportar muchos turistas. 

Por eso, está echando el ojo a algún barco con techo para pasar el invierno. Una embarcación de esas características puede costar 12.000 euros, aun siendo de segunda mano.

Por lo pronto, Foraster continúa elaborando estrategias de marketing. Ya tiene en sus manos el primer flyer que va a repartir en los restaurantes de la zona para que oferten sus servicios tras las comidas como colofón a un día especial.

Navegar por la ría desde Santurtzi a Bilbao cuesta 20 euros -tarifa excursión- y un viaje de media hora por el centro de la villa, 6 euros. "Los precios son bastante baratos", reconoce el capitán. "Si no estuviéramos en crisis, quizá podría cobrar diez euritos por un viaje corto", lamenta Foraster. Su competidor cobra 12 euros por el centro y 17 euros por un viaje hasta Santurtzi o Portugalete.

Los barcos preparados para estos trotes suelen ser grandes, tener cubiertas acristaladas, minibar e incluso cocina, como los que pasean por el río Sena, en París. El comandado por Alberto Foraster, en cambio, no es tan elegante como los anteriores; además, ya tiene trece años y muchos viajes a sus espaldas. 

Unas pegatinas cuadradas amarillas y negras decoran los laterales del neumático en forma de banda, y en un palo extensible para pintar paredes ondea una pequeña bandera de lona que anuncia: "Water Taxi Adventure".

Aun así, Capitán Sepia promete un "viaje diferente". Sube la música, se sienta y da una calada a su cigarrillo, mientras pasa al lado de un concurrido Bilboboats.

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